jueves, 7 de abril de 2011

La Tragedia de Peter Pan

Aja, sí. No todo en un cuento de hadas es felicidad. Tras bambalinas, en la soledad de sus cartones de papel, los dibujos animados tambien sufren. ¿Usted se imagina quedarse en primero de secundaria para siempre? ¿Chido no?
Pues ni tanto. A esa edad aún estamos los varones saliendo del Club de Tobi y no entendemos el entorno. (Algunos seguimos sin entenderlo ni encajar décadas después) Además el acné empieza  a manifestarse junto con "otros" cambios hormonales que ni caso enumerarlos aqui pero que Usted Lector se imagina porque los ha vivido. No tenemos dinero propio, ni casa, coche, novia, pertenencias ni nada. dependemos de nuestros padres y eso sinceramente nos limita al radio de acción que nos quieran dar. Si a eso añadimos contar con un enemigo jurado que aparte es un adulto para no variar, como el Capitán Garfio, la cosa se complica, amén de tener una pseudo amiga que echa polvos dizque mágicos.
Sin estudios (Peter Pan no va a la escuela) un niño se convierte en un vago sin oficio ni beneficio. Es muy complicado mantenerse sin tirarle piedras a los patos o las ranas del estanque o sin pretender quedarse jugando en la calle todo el día. Ya ni decirse que estos Ni-nis son blanco predilecto de la delincuencia organizada.
Pues en esas está el buen Peter, que de todos los Peter (Peter Parker, el Principio de Peter, etc) este es el más fregado, porque se convirtió en inmortal a temprana edad, cuando aún no se ha probado la miel de muchas cosas y cuando aún falta regarla en otras tantas. De tal modo que hasta carece de vida social, sale siempre con los mismos amigos a hacer las mismas cosas, y eso si, su precaria situación no tiene para cuando cambiar.
En fin que, verá usted, no es tan fácil ni tan llamativo ser un personaje de Cuento de hadas, para referencia vea usted a Shrek, a su burrito, o a este, el pobre, pobre Peter.

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