viernes, 30 de octubre de 2009

El velorio de Don Atanasio


El otro día se murió Don Atanasio, el de la tienda de los jamones, y el borchincho estuvo épico. Primeramente porque dicen las malas lenguas que el pobre señor no se terminaba de morir, ya estaba muy enfermo pero desde endenantes de fallecer dio dos que tres respingos que confundieron a familiares, amigos y lloraderas contratadas para tal efecto, así que los gritos empezaron a escucharse desde la una de la tarde del martes. Que si ya se había muerto, que ya no hablaba o que si ya no respiraba, decía su hija la mayor – papá no te mueras- como si Aquel se muriera por morirse tan bonito que ha de ser eso de ahogarse con su propia flema. Después de hora y media de batallar con la hija que no paraba de zangolotear al Don, se dieron cuenta de que aún no se petateaba, sino que más bien estaba mirando pa´adentro, quien sabe que vería que luego revolteó los ojos para mirarnos a todos de nuevo y se notaba bien asustado. No ha de ser grato eso de mirarse uno mismo desde el otro lado de las canicas de los ojos, cuando me entere se los cuento.
El caso es que el viejito llegó a las seis de la tarde entre los estertores y los gritos de la Mariana que no paraba de chillar como si no supiéramos que chillaba porque Don Atanasio le dejó a la tienda a su ultima querida y no a ella, la hija mayor. Como a eso de las ocho llegó el Poncho, el que estaba en los Unites, con ganas de armar el circo del entierro pero llegandito se enteró que su papá todavía no se moría, y al mismo tiempo se enteró también que no le iba a ver ni la sombra a la tiendita de los jamones, así que se quitó las botas de piel de culebra viva que traía, se tomo un café y se dispuso a esperar mientras platicaba con el primo Richard. Punteando las doce de la noche llegó el que faltaba, Jorgito, el menor, que desde hace 11 años y medio estudia la carrera de "fisolofía" y letras o algo así en la capital. Ya de tanta greña ni se le reconoce, flaco flaco y como no, sin madre y casi sin padre ni perro que le ladre, pues ha de comer pura tortilla con salsa allá donde anda, nos decimos.
Eso sí, entre el Jorgito y su hermano se liaron con una botella de Don Pedro que Don Atanasio guardaba para momentos especiales, decía. Para esto las lloraderas ya se habían ido a su casa porque no se veía para cuando palmara el viejito. La Mariana se puso a reclamarle a los hermanos que nunca estuvieran cuando su padre los necesitó y aprovechó para pedirles el apoyo para quitarle la tiendita a la “viudita”, a ver que se podía lograr. Al final no le hicieron caso y ella terminó llevándoles un tamal de frijol a cada uno porque habían hecho muchos pensando que el viejo entregaría el equipo desde antes y ya no cabían en el refri. A las dos de la mañana el moribundo pidió agua y le llevaron un poco que estaba en la jícara del fregadero, en donde guardan el agua para tomar. Cuando empezó a ahogarse el Don se dieron cuenta que el agua estaba llena de pelos porque el Poncho había llegado a usarla para rasurarse y como pues El ni sabia para que la usaban ni donde la tiraban ahí la dejó, y se la habían dado de tomar al enfermo. En lo que el viejito agarraba aire de nuevo los dos hermanos se pusieron a discutirse porque el rastrillo desechable que había usado el Poncho lo dejó junto a la jícara y lo agarró Melquiades, el chamaco de la Mariana y se puso a jugar con él hasta que se corto la vena del dedo chiquito de la mano izquierda. De suerte que ya eran casi las cinco y habían llegado de nuevo los compañeros de dominó de Don Atanasio para separar a los hermanos que ya se estaban dando su cates.
Clareando el Miércoles mandaron a los hermanos cada cual por su lado a buscar leña, porque según los cálculos de Simón el curandero ese día felpaba el enfermo, y era prudente de una vez matar el cochino que tenían sin comer desde el lunes no sea que el chancho le ganara a Don Atanasio muriéndose antes de puritita hambre. Pero con la pena que´l Jorgito y el Poncho no arrendaron para el monte sino a la cantina porque el Miércoles es día de feria y había pelea de gallos desde temprano, así que se estuvieron libando allí desde la mañana hasta cerca de las cinco de la tarde que les fueron a avisar que al fin su padre había entregado el alma. Para esto era un problema encontrar otra vez a las lloraderas porque los miércoles trabajan en la feria dizque de “acompañantes” de los señores que llegan a apostarle a los gallos, de tal suerte que afuera en el patio estaban todos los varones jugando al dominó y a las cartas y platicando las últimas de la feria, en la cocina las mujeres apuradas destazando al cochino para hacer mas tamales y en la sala que se habilitó de velatorio nomás estaba solito Don Atanasio sin nadie que le echara una canija lagrima aunque fuera de cocodrilo.
A eso de las once de la noche llegó el agente municipal con un regalo que según Él le hubiera gustado darle en vida al difunto, es decir 4 cartones de medias que de inmediato se repartieron 3 en el patio y uno en la cocina, sacaron del refri los tamales para meter dos cartones que se venían altiempando y siguieron con el chupirul. La Mariana se pudo despegar cerca de la medianoche para ir a buscar otra vez a las lloraderas y encontró unas cuantas que ahora no querían ir porque habían quedado medio turuletas de andar bebiendo mezcal en los gallos, pero cuando les dijo que el agente había llevado la cerveza se vinieron de inmediato con ella, le lloraron al viejito como tres minutos y medio en la sala y se salieron a entrarle al póquer con el dinero que se ganaron en las acompañandas de los gallos, el agente municipal no se había ido porque quería recuperarse en el poker pero a la octava media lo convencieron de que le perdonaban la deuda si el municipio pusiera los otros 4 cartones, y se jaló en su camioneta a buscarlos acompañado de Cristóbal el muertero. Quien sabe a qué país se fueron a buscar la cerveza porque llegaron a las 5 de la mañana del Jueves mas borrachos que lo que estaban cuando se fueron, ya casi no hallaron despierto a casi nadie salvo el Poncho que seguía en el poker contra Fermín acompañado de dos lloraderas, dos de los compañeros del gremio del dominó que todavía se estaban jugando hasta la camisa, y al Jorgito que descubrieron haciendo impropiedades con una de las lloraderas atrás del baño de hombres al trasfondo del patio; las señoras habían dicho que empezarían los rezos nada mas que se le bajara la borrachera a las lloraderas y que alguno de los varones estuviera en condiciones de ir por la olla de café al fogón, pero a las doce del día que fueron a ver la olla el café de plano ya se había consumido, y al paso los tamales que sacaron del refri se habían agriado. Como a las tres los del poker se estaban despertando y se acordaron de los cartones que trajo el señor agente y empezaron a libar otra vez, por lo menos que alguien despertó al canijo Cristóbal para ir a sambutirle la nariz a la sala para que se diera cuenta que el difunto ya se estaba agriando también.
Yo no entiendo porque cobra lo que cobra el Cristóbal si yo lo estuve observando bien y su trabajo namás fue ponerle unos algodones en la nariz y en las orejas al difunto y trasijarle un poco las asentaderas y cuas que con eso se controló el peste de la sala velatorio. En lo que se recuperaba de la pestilencia el muertero se fue a nivelar con dos medias de las que trajeron con el agente que para esto no se quería dormir y había apostado a su hija la menor con tal de no perder en el poker. Al fin que el señor agente y los del gremio empezaron a exigirle que trajera a la hija hasta que se molestó y sacó la fusca esa que trae en una bolsita como de cobrador abajo de la axila y todos calladitos y a tomar de nuevo. El Jorgito y su hermano se volvieron a hacer de palabras quesque porque la lloradera que le estaba haciendo el favor al niño atrás de los baños era la novia que el Poncho había dejado encargada antes de irse a los Unites, el caso es que el Jorgito agarró uno de los leños del fogón y le acomodó tamaño leñazo en la tatema a su hermano, otra vez se armó el borlote y los tuvieron que ir a separar. Para esto ya era noche del jueves y nos propusimos todos que ese día si se iban a empezar los rezos, pero como el difunto se empezaba a hinchar nadie los quiso hacer en la sala sino mejor se fueron al patio a rezar junto a los del poker, hasta que a media madrugada la peste de la sala empezó a llegar allí, alguien le reclamó al Cristobal por no haber preparado bien al difunto y ya nadie se acordaba con exactitud que dia se había muerto si martes o miércoles. Muy temprano del viernes fuimos al panteón a pedir lugar para Don Atanasio y la encargada nos dijo que sí había chance, que llenáramos la solicitud y fuéramos el lunes por la respuesta. Le dijimos que teníamos al difunto en la casa ya medio avanzado y que no podíamos esperar y entonces nos salió con que las prisas cuestan y que en lugar de $250.00 por la perpetuidad iban a ser $3500.00 por andar de apuradores. Nadie traía así que nos regresamos a pedirle fiado al agente otra vez, pero nos dijo que aguantáramos tantito para que no perdiera concentración que en esa jugada se iba a recuperar y que pierde otra vez a la hija menor, de plano ya la tenía prometida con todo el gremio del dominó. Del coraje no nos prestó nada y tuvimos que regresar al panteón a ver si la encargada nos aceptaba en prenda la medallita de Remedios en lo que le pagábamos. Aceptó la dichosa medalla más un cartón de medias y que le lleváramos tamales de los que se habían hecho.
Para cuando regresamos a la casa el tufo era insoportable y ya nadie ni Cristóbal querían manipular al difunto así que entre todos los del poker lo echaron en una cobija y ésta en unos pedazos de costal, y en la carretilla lo fuimos a dejar a la casa del carpintero para que a toda prisa le hiciera la caja. Para no variar resulta que el carpintero en sus ratos libres es merolico y se había ido a la feria a ver si vendía unos enjuagues milagrosos que estaba promocionando, pero como allá tampoco aguantaron el peste nos dieron una caja que tenía hecha y que era para una señora que esta buena de salud pero que le mando a hacer de una vez su nuera por si las dudas, dijo. Cuando lo quisimos meter no cupo, de tal suerte que ni de cabeza ni de pies entro y cuando intentamos doblarle las piernas al difunto no se pudo las tenia duras duras como un palo de escoba para acabarla al voltearlo se le salieron los algodones de los oídos y la cosa se puso que de verdad no se aguantaba. Al Cristóbal se le bajo la borrachera con las apurancias y dijo que él se echaba el trompo de meterlo a la caja nomás que no la abriéramos después no fuera a ser que por lo apretado se volviera a salir.
Quien sabe cómo le hizo que cuando lo fuimos a ver la caja estaba cerrada y apestaba pero no tanto como primero, así que ya ni la cargamos sino que la amarramos en la carretilla y empezamos a subir hacia el panteón. La dichosa cajita se nos cayó como tres veces pero no se destapó ni nada, al menos no la cargamos porque ya no éramos ni los poquitos que se requieren para los relevos, nada mas el Poncho, Cristóbal, Fermín, la Mariana y yo. Lo que si tuvimos fue la previsión de mandar por delante al Jorgito y su lloradera con la pala para hacer el agujero. El problema fue para levantarlo y después bajarlo porque ya hinchado y en caja no era tan fácil maniobrar al Don, y con la mala suerte que al querer bajarlo el Poncho se cayo pa´dentro del mismo agujero y soltó la caja que también azoto con El y se le destapo la punta y ahora si jedía como si se hubieran soltado todos los chamucos del averno. A toda prisa le echamos tierra con la única pala que traíamos y con los zapatos hasta que tapamos el agujero, aunque ya después de taparlo nos dimos cuenta que al Poncho se le había caído adentro su celular.

Ni modo, nos dijimos, ahí pa´ luego será lo de los rezos, la levantada de cruz y taparle bien a la fosa, por lo pronto hay que atorarle a los dos cartones que quedaron y ver cómo le hacemos para negociar con la viudita lo de la tienda.

lunes, 26 de octubre de 2009

Cuentame una de vaqueros

El México nuestro es maravilloso, sí señor. Aquí se conjugan con la misma camiseta y sentados en la misma banca policías y ladrones, confluyen en este el postrimero agujero del mismo embudo los patos y las escopetas. En el mundo moderno señor, la Lógica no existe, es letra muerta, es una broma de mal gusto, pues. Eso sucede en todos lados a todos los niveles y en todos los estratos trátese de lo que se trate.

Para mis amigos, Justicia y Gracia, para los demás, La Ley.

Hace no mucho en este País de Insensatos la Suprema Corte acaba de liberar a veinte y tantos supuestos asesinos que mataron a otros tantos cuates, familiares, amigos y compadres suyos en una comunidad del vecino estado de Chiapas, quesque porque el proceso estuvo viciado y no fue realizado e integrado conforme a derecho, lo que automáticamente puede volver una impoluta paloma a la más despiadada de las almas, si cómo no. Ahora resulta que quien asesinó y después mató (Así lo dicen eh) a no sé cuantos indígenas en Acteal fue el Osito Bimbo, el espíritu maligno que habita la botarga del Dr. Simi, o cualquiera de esas mafufadas que resultan imposibles de enjuiciar, encarcelar, y cuantimenos castigar como se merecen (Yo tengo mis ideas respecto a la famosa botarga en mención, ya saben). El caso es que debe siempre tomarse el camino más tortuoso para llegar a un término que a nadie deja feliz, ese es México, solemos lograr que lo fácil sea difícil y lo difícil prácticamente imposible, hemos trabajado en nuestra legislación hasta deshoras para lograr que las leyes no dejen conforme a Nadie.

Me agarro el ombligo o se me va a chispar.

a).- A ver a ver, analicemos: el Ejecutivo (¿ha caído usted en la cuenta de que “El Ejecutivo” difícilmente puede “Ejecutar” algo?) envía una propuesta al congreso acerca del “Paquete Económico” (¿se ha fijado Usted también que le llamamos “Paquete” a todo aquello que nos representa un problema?), bueno, no debo divagar, ya lo sé, el caso es que el Presi envió su propuesta, recesiva dicen algunos, plagada de impuestos, la clásica de que “ustedes me van a resolver su problema, aunque me paguen para pensar en ello”, a nadie le gustó, pero a Carstens sí.

b).-Pero los congresistas, vestidos a la usanza del ratoncillo Desperaux, rasgándose las vestiduras y con ceniza en la cabeza, dijeron que esas medidas oprimían a los que menos tienen (lejos de la realidad, claro, los que menos tienen ni saben cómo les afecta el ISR, IVA y el 4% de las telecomunicaciones, o lo que es lo mismo, no saben ni por donde les va a llegar ¿verdad?, lo que sí hace esa propuestilla es No generar empleo, ni mueve capital ni nada), y que para nada aceptarían o aprobarían más impuestos adicionales a los que ya tenemos. Posición macha y equiparable en valentía, suicidio y Utilidad al aviente al vacío de los Niños Héroes mas por lo niño que por lo héroe.

c).- Después de algunos días y feroces cabildeos, salió humo blanco, con la novedad de que no estaba tan blanco, sino más bien percudido y algo nauseabundo. Aquellos que juraron por su Santa Madrecita que no aprobarían más impuestos dijeron al fin, que NO aprobarían los impuestos del presidente, sino que Ellos crearían SUS Propios Impuestos, es decir, nadie les impondría la Silla Eléctrica cuando lo que ellos querían era la Horca. Así que mandaron al Senado a la misma puerca, nada más que revolcada. Y entonces al De-sastrecillo Valiente Nava se le ocurrió decir que ese no era su Frankenstein, sino otro Frankestein que estaba hecho de otros pedazos parecidos pero que no eran aquellos de los que El hizo el suyo.

d).- El Senado que generalmente está para aprobar lo que se les mande (Un día íbamos a hacer la prueba de mandarles el Proyecto de Ley de su propia liquidación a ver si ese también lo aprobaban sin verlo) esta vez no aprobó lo que sus hermanos menores le enviaron. Caramba, si todos son héroes, porque nosotros No. Así que ellos pasaron a la historia rechazando lo que siempre aceptaban, y le regresaron el pan medio comido y con hormigas a la cámara de Diputados.

e).- La cámara de Diputados observó detenidamente ese pan con hormigas y moho que le devolvieron y, sin reconocer al mismo pan que había enviado días antes exclamó -¡Qué asco!- renegando de su propia hechura y diciendo algo así como que la culpa no fue de ellos sino de sus padres que los engendraron. De este modo Frankenstein volvió a la fría plancha que lo vio nacer. Así amanecimos hoy.

Me lleva, se acabó la hora de comida, si mi jefe me ve escribiendo garambainas otra vez, me corre.

jueves, 22 de octubre de 2009

Un cambio de orientación

Buen día, estoy intentando adaptar el presente texto que escribí antes de julio pasado, a respecto de las elecciones que aquel día 5 tuvieron lugar. Se me hace pertinente compartirlo ahora con un público menos amplio (sigo de iluso pensando que alguien me lee) a fin de que quede para la posteridad como tantas otras barrabasadas que me ha dado por escribir últimamente.

A respecto de las pasadas elecciones del 5 de Julio, es importante realizar la reflexión de nuestra relación como ciudadanos con los representantes de la cámara de diputados y senadores de este país, con aquellos que “hacen las leyes”, pues está comprobado que no basta con plasmar en la boleta en la que sufragamos, nuestra preferencia electoral, ya sea personal o partidista. El deber y derecho ciudadano nos obliga a exigir la rendición de cuentas y participar en el proceso de vigilancia de los procesos políticos del país, uno de ellos, el de la modificación o creación de leyes, que, como directrices, dan rumbo a la nación.
Hasta el Sol de hoy, el derecho al voto no se ha convertido en un deber, muestra de ello es el 60% de ciudadanos que por uno u otro motivo no acude a las urnas, más que criticable, es punto de observación el hecho de que esta apatía ciudadana se debe a muchos factores que no terminaría de enlistar aquí ni en diez años, lo destacado del caso es que las elecciones en sí, y particularmente las que corresponden al cambio de representantes legislativos no representan aliciente alguno dentro del espectro político del ciudadano común, vuelvo al punto del marcado abstencionismo que se vio en Julio.
¿Por qué sucede esto? Razones hay muchas, insisto en que lo destacable del caso no es perdurar en el por qué no, ya que si preguntamos a cualquiera en cualquier calle de cualquier ciudad del país acerca de los motivos por los que muchos dejan de emitir su voluntad, lo más seguro es que se encoja de hombros pensando en las 20,000 cosas que no vemos, no sentimos, no nos llegan o de las que simplemente no nos enteramos, todas ellas relacionadas con el deber legislativo de nuestros representantes populares.
Mas bien, y un área de oportunidad es el pensar en por qué SI votar, reflexionar acerca de qué cosa nos movería hacia las urnas (esto que escribo, es sin duda, mercado electoral para políticos y rapaces del momento). Yo soy un elector inconforme, como muchos otros, porque tengo la certeza de que aun cuando mi voluntad no está dirigida a partidos o personas, sino a hechos concretos, al final veo con tristeza, en el Palacio Legislativo y en los despachos de Gobierno, a partidos o personas…rara vez hechos.
No creo que los pueblos tengamos los gobernantes que merecemos, sino mas bien tenemos los gobiernos que elegimos, y es muy probable que hasta el momento hayamos elegido este sistema de partidocracia aburrido en nuestro nivel y muy lucrativo en el nivel de ellos (si, ellos), en el que las elecciones se vuelven herramienta indispensable para perpetuar favores, cacicazgos, funcionarios saltimbanquis que hoy vemos aquí y mañana allá, hoy de un color y mañana de otro, hoy fieles y mañana diciendo tres veces “No” como Pedro.
Y los electores normalmente elegimos al menos malo, a la “menos peor” de las opciones que aparecen en la boleta. Quienes votamos elección a elección y orgullosamente mostramos el entintado dedo al lunes siguiente a familiares y amigos seguimos considerando un “deber” participar en el ejercicio de la voluntad popular cuando no siempre estamos 100% enterados de por qué clase de alimaña, por qué color, o por qué propuestas votamos, y más aún, cuando no estamos enterados del cómo, ese color, esa persona, o esa propuesta, llegara a término en el congreso o en el puesto. Si esto sucede (Y sucede) nos convertimos en un tornillo, en una tuerca, en un engrane mas del sistema.
El sistema no solo es ese viejo grupo en el poder que busca perpetuarse y dejar a familiares y amigos como una forma de pretender vivir para siempre, el sistema no es solo el IFE que funge como árbitro en una pelea de pobrísimo nivel y con poquísimos espectadores, el sistema también somos todos aquellos que le hacemos el juego sin ganas, sin ánimo y sin saber, y el sistema está diseñado para que alguien de todos ellos (que al cabo es beneficiar a todos) llegue a su meta.
¿Con cuántos espectadores vale la pena llevar a cabo un partido para que sea negocio? ¿Con cuántos sufragios como mínimo es válido financiar una elección de este tipo? No existe este parámetro. Quienes votamos por convicción estamos obligados a elegir una opción. ¿Cuál? La que sea, pero una. Eso da como resultado forzoso un ganador, sea el número de votantes que sea. Eso derrotará siempre al abstencionismo mientras no se legisle en contra. Y no se legislara para eso, seguro.
Así que les comparto que lo que creo que necesitamos es un cambio de orientación. No para ellos (los políticos) sino para nosotros.
Es necesario ya que todos nos metamos a políticos, ingenieros de la estructura política del país, doctores de la democracia, etc., etc. Y para esto le solicito que tome en cuenta los siguientes puntos, de tal modo de que Usted venda caro su voto (su voto vale, que no?) y sepa que su próximo domingo de elecciones fue bien aprovechado, caso contrario mejor váyase a jugar maquinitas:

1. Los ciudadanos comunes y corrientes (como usted y como yo) tenemos derecho a elegir, no al menos malo, sino al mejor de los candidatos que hayamos encontrado, si este no está en nuestro distrito o demarcación, deberíamos tener derecho a buscar alguien de cualquier distrito para que nos represente. Recuerde que una vez constituidos en representación popular, los dedos se levantan y las voces se escuchan sin importar de donde vienen. Tenemos derecho a creer en quien mejor nos representara sin importar su procedencia.

2. Usted y yo No venderemos nuestra voluntad en el congreso por una camiseta, una torta, un favor del tamaño que sea, blocks, cemento, ni daremos ningún “Voto de Agradecimiento”, el servidor público está para servir. Es nuestro empleado. Es un administrador que administra nuestro dinero, y por ello percibe un sueldo, que en muchos de los casos, excede a las expectativas que de dicho servidor tenemos.

3. Usted y yo tenemos derecho a dejar permanecer a los buenos diputados y a los buenos gobernantes en su puesto, y desechar a los malos. (Si, exacto, eso se llama Re elección)

4. No necesitamos que nos digan sus sueños guajiros de empleo, salarios, otras tres refinerías, ni “nuejtro proyecto de nación”. Necesitamos saber exactamente (con pelos y señales) como lo harán, esto se desglosa de tres maneras: A).- Qué Iniciativas de Ley van a proponer. B).- Cómo van a lograr los consensos Necesarios para sacar adelante esas Iniciativas de Ley. C).- Cual será la orientación de su voto Siempre, en los principales rubros que la ley contempla (libertad, educación, salud, política, comunicación, seguridad, etc). Si nos damos cuenta, estos tres puntos enlazan a unos candidatos con otros de demarcaciones diferentes, de tal suerte que candidatos de mismo partido o ideas similares pero de distritos o partidos diferentes, deben postular, desde antes de la elección ideas conjuntas para que Usted y Yo las veamos viables. Mi estimado, si Yo veo que mi candidato tiene excelentes ideas pero cero consensos, todo su proyecto está destinado al fracaso y ni caso tiene votar por Él.

5. Usted y yo deberíamos promover que el punto anterior se asumiera ante notario público, incluyendo una responsiva legal por parte del candidato en caso de omisiones o desviaciones, y que la Secretaria de la Función Pública contemplara esta figura.

6. Por último, Usted (Si, Usted que esta bostezando) y yo, no deberíamos ser “ciudadanos de elecciones”, ni conformarnos con ser parte de una estadística, ni sufragar en secreto, ni, una vez habiendo votado, olvidarnos del asunto, sino ser parte activa de la vida de este país, elegir y participar, o elegir y vigilar. No vivir políticamente tres metros bajo tierra.

Le invito, en las elecciones 2010, a no quedarse con su voto en la mano, véndalo por lo que vale, o haga saber a los postores que no les alcanzó para comprarlo.

¿Qué tipo de ciudadano es Usted? (Parte II)

Siguiendo con la crítica saga mencionada en el Título, y haciendo acopio de lo que nos queda de moral y sentido común, continuamos con el tema que entradas atrás nos atañía.

Le decía, deje (sin acento caramba, por una vez en su vida siéntase aludido) de ser un borrego más. Rebélese. No al estilo de los Fernandez Noroña, no. Haga Usted algo de a deveras.
Y como en la primera entrada le prometí, le hago la siguientes indecorosas propuestas, a ver qué le parecen.
¿Sabe Usted que hay países en donde no se genera basura como tal? Claro, nosotros no somos de esos, sin embargo que le parece si empezamos por algunos detalles que un servidor le recomienda a fin de que se a lleno Usted de cosas útiles y no de chatarra mental.

1.- Deje de pedir bolsas de plástico al empacador en la caja del súper. Tiene Usted sin lugar a dudas demasiadas bolsas de plástico en casa. ¿Verdad? Y siempre, a diario, toda la gente le da más y más. Ya olvídelas. El problema de las bolsas de plástico fue una pelotudez desde su concepción, porque nos dieron primero bolsas antes de decirnos cómo deshacernos de ellas, de suerte tal que el mundo se llenó de bolsas que deambulan aquí y allá sin acabarse nunca. Es como si la gente no muriera. No cabríamos en las ciudades.

Así que deje eso de las bolsas, ¿es Usted flojo para cargar? Lleve una caja, un morral o lo que le parezca, pero cuando el cerillo intente meter sus cosas en las bolsas dígale que - No, gracias- verá en cuan poco tiempo se acostumbra y lo nada que extraña sus bolsas.

Hágalo, en serio. Ojalá y al ver esta sana costumbre los establecimientos dejen la tontería esa de darle a uno bolsa para meter cosas que de por sí Ya vienen en bolsa. Pocas cosas serían de más fácil aplicación que Prohibir que los súper nos den bolsas de plástico. No habría protestas como las del SME y aunque López Obrador quizá Sí se inconformaría.... Pues... bueno, jeje, a Él ya casi nadie le hace caso.

2.- Estaciónese lejos. Y por supuesto de paso deje de hacer doble o triple fila. ¿Usted sabe el sitio exacto de donde salió la protuberancia que tiene debajo de su pecho? ¿Sabe que ha trabajado por esa especie de sandía desde hace años? No con lo que ha hecho, no. Con lo que ha dejado de hacer.
Así que le aconsejo que deje de hacer doble fila, deje de pelearse por el único lugar disponible frente a la entrada de la tienda, y de paso deshágase de esa enorme barriga. Camine. Suba escaleras. Es sano. Sus rodillas se lo agradecerán a la larga. Todos los espacios 100 metros a la redonda de cualquier acceso a cualquier sitio con estacionamiento deberían estar reservados para discapacitados, embarazadas y tercera edad. Sí señor, todos.

A menos que usted no sea capaz de caminar ni siquiera cien palurdos metros (en ese caso, le aclaro, ha caído Usted en la categoría especial que he mencionado) estaciónese lejos.

3.- Limpie su acera. No sea desaseado. No basta con separar su basura. Aunque Usted tiene un pedazo de terreno y quizá un techo, utiliza un pedazo de cielo, camina por calles y banquetas, respira, y realiza diferentes usufructos por los que, de manera fraudulenta pretende pagar el irrisorio monto de la Nada, o lo que es lo mismo, lo quiere gratis. Pague, no sea tacaño. Limpie, o por lo menos, caray, no ensucie. Deje este mundo como está, que aparte de ser un preocupante natural, es una cuestión ética y de calidad humana, por decirlo de manera elegante. Imagínese a Usted mismo con excelente salud, con huesos y músculos fuertes, bien alimentado y perfectamente vestido, y con tremendas lagañas en los ojos. Bueno, así de hermosa es su casa si usted no se toma la mínima molestia de barrer su acera. Ya sé que la basura la tira el vecino de enfrente, o el de al lado, o quien sea, caramba. Vale, deje que el boludo sea aquel y no Usted. Ojalá nos multaran por sucios, se recaudaría buen dinero y nosotros aprenderíamos que hay cosas que No sabíamos que Ya sabíamos.

Y así podemos seguir y seguir, pero tendría yo que dejar de trabajar para continuar, y entonces… ¿de qué diablos comeremos? Pase, al menos por el día de hoy, una buena tarde.
Felicidades Bro, que dificil es localizarte en tu Localizador, caramba.

lunes, 19 de octubre de 2009

Deje lo de allá, allá.

Desde tiempos inmemoriales el ser humano se ha enfrentado al eterno conflicto de luchar contra la levedad de su propio ser. Aquella que no nos permite afianzarnos a determinado estilo de vida por demasiado tiempo. Guerras, intereses encontrados, malos entendidos, discriminación y purulencias diversas han logrado que la humanidad se enfrente a si misma con una agresividad que nos lleva a pensar que algún día lograremos acabar con nosotros mismos por más que haya uno que otro iluso pacifista que crea que con el amor y la paz conseguiremos otra cosa que no sea contribuir de manera descontrolada a la explosión demográfica.
Y es la levedad del ser humano la que lo hace atentar contra si de las más variadas maneras, que van desde el suicidio vulgar a la inexorable socavación de la salud, los sentimientos o nuestros más arraigados principios. Todos los días vemos, en sentido figurado, a gente cortando la rama sobre la que se encuentra sentada. Y uno que otro literal y literariamente (dirías tú) haciéndolo.
En muchas ocasiones me he preguntado, al igual que Usted (a ver, espereme, ¿Usted realmente es tan profundo como le supongo o sólo me lee para reírse un rato? Maldita sea, lo sabía, usted también cree que soy un bufón, no se preocupe, caray, yo también tengo esa idea de mi mismo), pero le decía, que me preguntaba si yo podría hacer algo para mejorar esta humanidad desorbitada y sin rumbo.
Pues bien, le anuncio que me he contestado al fin, lo que dicho sea de paso es mucha ganancia, porque generalmente no me escucho y cuando al fin lo hago no me hago caso. Soy bastante fútil, según se. Y la respuesta es que no.
Y esto tiene dos vertientes principales:la primera es que no he logrado cambiarme mucho a mi como para considerar un objetivo alcanzable cambiar un ápice del mundo. La segunda es más cruda que la primera, y es que no me importa.
Si, ha leído usted bien, me interesa un comino si la mitad del mundo hace de su vida un cucurucho para que la otra mitad lo pisotee. Me es totalmente indiferente. Ya se que en este momento se estarán alzando las voces de las almas sin mácula para gritar a voz en cuello que este tipo de espacios públicos no son para fomentar la desunión entre los pueblos ni los sentimientos negativos pero le he de confesar a Usted que, primeramente yo dudo mucho que alguien aparte suyo, que vive en el ocio, lea estas columnas, y en segunda, este que lee, se supone que es mi espacio, y en mi espacio escribo lo que me viene en gana.
Le decía entonces, que deje usted de preocuparse por el calentamiento global, la paz mundial, el peso frente al dólar, la elección a alcalde y miniaturas por el estilo y concentrese en rascarse ahí donde tiene comezón, que eso está mucho más acá en su escala de urgencias ¿que no? Deje de pensar en cómo afectará la caída de las tasas de interés en su afore y preocupese por voltear bien la bolsa de papitas para que pueda Usted sacarle todas. Valgale un soberano nabo lo que dice Christían Dior y use las pantuflas de peluche que su esposo detesta.
Caramba, qué no nos preocupamos demasiado por aquello que ya sucedió o aquello que no ha sucedido? Deje entonces por favor de conducir mirando solamente el espejo retrovisor y mire hacia el frente, por lo que más quiera, deje perder los minutos y recupere las horas. Piense que bastante tiempo dedicamos a extraños, bastante esfuerzo hacemos por causas ajenas y bastante dinero repartimos para que otros se beneficien.
Deje ya de hacer eso, que es como pretender suicidarse colgandose de un árbol de plátano.
Preocupese menos, hoy no se rasure, si le encanta ese pantalón pongaselo de nuevo, si le castra el tipo ni le dirija la palabra, tan sólo por hoy no se aguante esa flatulencia, vea de vez en cuando la novela, bailando por un melón o cualquiera de esos programas inútiles que acaban con las neuronas, el día de hoy cene unos tacos repletos de cebolla.... En suma, deje lo de allá allá, y preocupese por lo de acá.
Caramba, debo irme, que es la hora de la fiesta de Gabo, que tenga Usted buena tarde.
Otra vez llueve.

martes, 13 de octubre de 2009

LOS PLATANOS ASESINOS



Cultivando una cepa de Penicillum Chrysogenum me encontré a este par de plátanos, o plátano y medio mejor escrito, en la cocina de Mamá.
El sistema de producción de la Penicilina, fue conocido desde el principio por el método de superficie; el hongo crecía en la superficie de una capa delgada de medio de cultivo puesto en bandejas o placas, en este caso, un plátano medio comido.
Así que después de pensarlo un buen rato, llegue a la conclusión de que en casa no nos hemos constituido en un laboratorio farmacéutico bien establecido, que yo sepa, claro, no tenemos intención de serlo algún día, no hay siquiera un medico en la familia, es más, tenemos cierta antipatía por las inyecciones y la palabra penicilina se nos hace un sinónimo de inyecciones, y con ello desde ahí queda demostrado el silogismo que nos conduce desde los plátanos hasta nuestros más hondos miedos. Todo ello hacía que me intrigara cada vez más la permanencia de estos frutos de la planta más socorrida por los suicidas para colgarse.
¿Cuánto tiempo llevaban allí? Tal parece que eran años, por lo menos unos diez. ¿Con qué oscuro motivo permanecían en el mismo sitio añejándose cual barrica de roble en la oscuridad de debajo de la alacena? ¿Nos vigilaban? ¿Pensaban resucitar de entre los plátanos muertos para hacernos las cosas más indecibles? Por lo pronto, aun cuando no me atreví a tocarlos por el temor a que fueran un ataque terrorista a base de hongos, no les he despegado el ojo.
Los días han pasado y los plátanos siguen allí, una mancha verde mas, quizá, o dos a lo mucho, pero siguen ahí. Cada vez más incoloros y totalmente inodoros. No dan señales de pudrición, pero se ven cada vez menos apetitosos y más llenos de moho. Están al acecho, no me queda la menor duda. Están esperando el momento apropiado. Sé que en cuanto me descuide, me incline hacia el grifo del agua y les pierda el ojo reaccionaran. He compartido el temor a ser asesinado por un plátano y medio y mi madre me ha tirao a loco. –Estás Majareta, hijo- me ha dicho. Yo sigo con mis precauciones. No a menos de 30 cm de estos asesinos bien disfrazados, nunca sin el cebollero a la mano por si llegara a necesitarlo. Ayer los vi de nuevo y pareciera que se han inclinado un tanto más de lo acostumbrado, quizá se preparan a atacar.

Hoy no los vi. Quizá al fin entró en razón mi madre y los ha denunciado. Quizá ya se los llevaron y estoy a salvo.

Pero….¿y si se fueron por propio pie? (¿Jura Usted que los plátanos no tienen pies? ¿Eh?) ¿Y si tan solo se están acomodando para asestar el golpe final y acabar con toda una familia? Debo estar alerta.

Mientras tanto cenaré. Que coincidencia, mi madre ha preparado plátanos fritos hoy. Una ricura.