miércoles, 14 de diciembre de 2011

A la fila!

Vivimos en fila en este atribulado país. Asi es. Hacemos fila para las tortillas, para pagar en caja en el supermercado, hacemos fila para el cajero automatico y aunque nos den un ticket numerado hacemo fila en la ventanilla del banco. En la entrada al concierto, para ir al baño, para comprar el boleto de bus, para pagar la tenencia, el predial, el impuesto sobre la renta, la licencia de construcción. Hacemos fila en la carne y en el pollo. Hacemos fila en el quirófano para nacer y nos acompañan a la eterna morada en lugubres filas.
Tenemos una mentalidad en fila, una cosa despues de otra.
La fila de alumnos que pasan a tercer grado sustituye a la fila de tercero que pasan a cuarto grado. En las carreteras las filas de autos son interminables y la fila de problemas que tenemos que resolver en el día a día también.
La filosa cultura que nos alberga nos quita poco a poco las bondades  del pensamiento lateral. Sabemos que hay delante y que es lo que dejamos atras. Nada mas. En fila, ni mas ni menos. Seguimos a alguien o a algo y algo o alguien nos sigue a nosotros.
En fin, mire usted, ya le dejo, me esta esperando una fila de actas por firmar esta tarde. Hasta la próxima.

lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Y a Usted como le Gustaría?

Bien, haré la pregunta. Así, sin mas preámbulos, y por muy futil que parezca: A Usted ¿Cómo le gustaría morir?
Es ocioso hacerse esa pregunta, lo sé perfectamente, pero el ocio es precisamente lo que nos une a Usted y a Mí, estimado lector. Así que como diría el dermatólogo: vayamos al grano. ¿Se ha preguntado Usted alguna vez acerca de la forma en que va a morir y de lo que sucederá de manera posterior? Aunque me diga que no, yo creo que sí. Le conozco y se que es Usted experto en pensar tonterías, tomando en cuenta el antecedente de que las lee.
El caso es que le cuento, yo Sí he pensado en qué, cómo, y cuando podría suceder....Le comparto: en ocasiones pienso que viviré un vida medianamente larga, y que el final se acercará de la más común de las formas, alguna penosa enfermedad, quizá uno que otro tratamiento experimental, mejoría aparente, recaída y resignación buscando la menor cantidad de sufrimiento posible. Asistencia profesional quizá y algunas visitas de mis hijos o nietos y uno que otro amigo igual de veterano que yo, tan solo para saber de primera mano como es ese asunto de morirse en serio. Pero es muy probable que el final sea diferente.
¿Va Usted al teatro? Que alivio. Pense que Yo era el único inculto en esta charla de amigos. De cualquier forma le externo: creo que todas las obras pueden tener finales diferentes. Imagine a Usted que cuando entraron a apuñalar a Calígula este traía puesto un chaleco de malla como el del ojo de vidrio, y empieza a tundirlos a cates a todos, los manda a encerrar y reina por otros 30 años. Albert Camus debió haberlo imaginado. O que tal si a Don Jose Zorrilla se le hubiera ocurrido que Don Juan Tenorio y Don Luis Mejia mejor apostaran a los caballos en lugar de andar haciendo apuestas de ver quien seducia mas doncellas. en fin. Creo, espero, que el final sea asi, pero estoy perfectamente consciente como Usted deberá estarlo de que el final puede estar cualquier noche ahogado en sus propias flemas. O en la parrilla frontal de un camión de pasajeros. En una bala perdida o en la navaja de algun maleantillo de esos que te asesinan por un reloj barato. En las aguas de algun arroyuelo a donde habrá Usted acudido a refrescarse o electrocutado en el momento de encender las luces de su árbol de navidad. El final, amigo mio, tiene muchas caras, es un embudo amplio en la boca con una sola salida al final.
Resulta, del ocio de la tarde de hoy, que (concordará Usted conmigo) no importa como muera. Importa quizá como está viviendo, si es que está haciendo de su vida algo importante. Si no es así no importa ninguna de las dos circunstancias.
En fin, le dejo comer, que buena falta le hace, tenga Ud. buena tarde y.. es bueno reencontrarse con los amigos.