domingo, 19 de julio de 2015

Declaración de principios

Buena noche, desvelado como yo, a esta hora en que las locuras ya no lo parecen, en que los sueños se apetecen y la realidad se olvida. Aquí va una declaración de principios:

1.- A partir de cierto momento uno es como es. Cambiar eso es extremadamente complicado y se requiere de ayuda externa. Partiendo de esa premisa, este servidor se declara ser como es. Músico, poeta y sobre todo loco. Escritor en ciernes. Perfeccionista y Pensativo. Terco, cantante de fiestas y reuniones, aficionado al tinto y a la montaña.

2.- La vida se vive viviendo. Los planes son maravillosos y los proyectos son excelentes. Los castillos en el aire…en el aire deben estar, solo hay que ponerles cimientos debajo, y por otro lado los recuerdos son inevitables, la diferencia es lo que hacemos con esos recuerdos. Pero mientras tanto, hay que vivir! Ver la vida a colores, sentir el viento, de cuando en cuando mirar hacia arriba y sobre todo, nunca dejar de caminar.

3.- Una mentada de madre a tiempo nos salva de muchas cosas. Mejora la salud, en principio. Resta energía negativa de uno mismo y la esparce en el universo (léase por universo nuestro interlocutor ja ja) nos pone de un brinco en otra perspectiva y funciona como un irremisible paso hacia una nueva instancia.

4.- Si voy a intentar algo, será con la preparación adecuada y con viento a favor, convencido y con ganas. Con probabilidades de éxito, pues. No de las probabilidades que te da la estadística, más bien con las probabilidades que te da la mente y el corazón.

5.- Es imposible y hasta indeseable querer que todo mundo sea tu amigo. No se puede tener, atender, y ser leal con tantos amigos. Habrá lealtades contrarias entre sí. Habrá lealtades contrarias a lo que piensas. Y sobre todo, no hay tiempo ni fuerzas. Y ojo: no se puede quedar bien con todo mundo.

6.- Hay que dar todo. Hay que involucrarse, hay que intentar, hay que buscar la manera, hay que convencer, ser y parecer. Hay que hablar y dejar hablar, escuchar, pues. Eso no garantiza el éxito, para nada. Pero garantiza la paz interior.

7.- A estas alturas de mi vida es válido no saber bien lo que quiero. Exactamente. Pero es obligatorio saber lo que No quiero. También exactamente. Que no es lo mismo pero es igual.

8.- Uno no está obligado a la excelencia, está obligado al esfuerzo serio y constante, casi en cada ámbito de su vida. Es lo que hace que una vida valga la pena.

9.- La vida de las personas no alcanza para todo. No es presión. No hay problema por desperdiciar un poco. Pero no se puede ir por ahí haciendo nada y descansando después. Eso no es ni siquiera respetable. No se puede desperdiciar el maravilloso ser humano que cada quien puede ser, en actitudes contemplativas o en acciones redundantes.

10.- La felicidad no nos la da nadie. La sentimos cada quien. La felicidad no se espera, se fabrica. La felicidad no es un destino, es el camino, no es un trofeo, es la competencia, no es la fuente de la luz. Es la luz misma.


Tenga buena noche, ya duérmase, es tardísimo y los gallos no tardan en cantar.

miércoles, 13 de mayo de 2015

¿Qué compras con $200?

Vamos a hacer una suposición: en la diversión de una reunión te piden pasar a un concurso de… lo que sea, globos, sillas, música, etcétera. Y te ganas $200. No hay premios como tales. No hubo nunca o se acabaron. Pero concursaste y...ganaste. Hay $200. ¿Qué compras con $200? Veamos:

1.- Con $200 puedes comprar, si gustas, una prenda en la rebaja de una tienda. Una prenda bonita, algo que te quede, puedes utilizar el tiempo que gustes en su elección, puedes apartarla si no te alcanza el dinero para pagarla completa, y con eso la asegurarías para posteriormente poder liquidarla. Podrías comprarte una playera o una bufanda, una blusa o apartar un suéter, una gorra o un sombrero. Podrías apartar un pantalón o comprar una bermuda. Algo que puedas utilizar posteriormente, algo que te haga sentir bien con el incentivo de que, al menos parcialmente, ¡te lo ganaste!

¿Ves? Con $200 puedes comprar autoestima.

2.- Con $200 puedes comprarte un recipiente de plástico. Pudieras, también, si quisieras, comprar un par de metros de alambre o limpiapipas o un tramo de franela para forrar el alambre y hacerlo un gran aro con un mango para sostenerlo. Alcanzaría para comprar una botella de jabón líquido y te sobraría mucho aún. Podrías combinar agua con el jabón, sumergir tu aro, soplarlo después y fabricar un número infinito de pompas de jabón de colores (¿has observado que las pompas de jabón no son transparentes sino de colores, VERDAD?)

Podrías, si quisieras y te quedara energía, perseguir las pompas de jabón por calles, campos y prados. Podrías, de un soplido, fabricar tantas, tan variadas y bonitas, que incluso podrías darte el lujo de invitar a familiares y amigos a la absurda persecución del espacio vacío, personalizado en una pompa de jabón. Una o más para cada quien, incluso.

¿Ves? Con $200 puedes comprar diversión.

3.- Con $200 puedes comprarte una grapa. Incluso te sobra un poco, para conseguir algo para rebajarla. Con eso te pones Feliz y sin hambre, te sientes un tanto alterado y bastante poderoso je. Puedes incluso invitar a un (a) amig@. Y volar los dos. Puedes hacer locuras que nunca se te habrían ocurrido en tus 5, con el plus de tener un cómplice y reír de sus aventuras. Puedes ver mejor, oír más y creer que eres mucho más inteligente de lo que probablemente seas.

Puedes pensar que es lo mejor del mundo mundial claro, hasta antes de que se te acabe el efecto. Hasta antes de que te des cuenta del tamaño de las locuras que hiciste y debas reparar, mezclando la actividad con ansiedad y (uno que otro loco) hasta con depresión.

¿Ves? Con $200 puedes también, si quieres, comprar problemas.

4.- Con $200 puedes acudir a la pastelería (esa que me gusta) y pedir un pequeño pastelito de 1/8 de Kg., del sabor que quieras, y alcanza aun para dos capuchinos. Puedes invitar a una persona especial y sorprenderla con una gran rebanada de pastel y un café.

Una rebanada de pastel alcanza, si uno quiere, para conversar mucho. Puedes preguntarle, aprovechando que l@ has drogado con el pastel J , acerca de su vida, de lo que piensa, de lo que cree que tú piensas, de lo que cree que tú crees que piensa. Una rebanada de pastel y un capuchino alcanzan para mirar mucho a los ojos de una persona hasta que te hablen. Alcanza para escuchar lo que piensa aunque no te lo diga, para saber quién es e intuir (en tu vida) quien va a ser. Alcanza para escucharte a ti mism@ hasta que te digas qué haces ahí y qué es lo que quieres.

¿Ves? Con $200 puedes también, si tuvieses intención, comprar ilusión.

5.- Con $200 puedes ir a la papelería. En una papelería $200 es mucho dinero. Puedes comprar una libreta y una pluma. Creo que aun te sobrarían algo así como $150. Puedes ahorrarlos.
Puedes buscar un espacio del día para estar sol@, con tu libreta y tu pluma, y hacer planes. Grandes o chicos. Inmediatos o a largo plazo. Puedes colocar metas intermedias o trazar con tu pluma, un plan lineal o redundante hacia lo que quieres ser, hacia lo que quieres hacer, o hacia lo que quieres tener. Y tienes $150 para comenzar. Por si los despreciabas te comentaré: ¿Sabes que hasta la nada es un comienzo? Puedes empezar algo duradero. Algo muy bonito o algo grande, muy grande.

¿Ves? Con $200 puedes comprar un futuro.

6.- $200 alcanzan para algo así como 11 ó 12 globos inflados con helio y rematados con un hermoso listón. $200 alcanzan para utensilios de juguete, de plástico. $200 alcanzan perfectamente para una pelota de goma o una pelota de plástico. Y en los tres casos sobra aún para comprar un refresco frío.
Puedes ir a donde tu pequeña hija duerme y sorprenderla con una nube de hermosos globos en el techo de su habitación, y anudar los listones a los dedos de sus pies y hacerle cosquillas y desternillarse de risa hasta que no puedan más. Puedes recostarte junto a ella y golpear los globos con las plantas de los pies mientras ríen. Puedes darte un domingo para llevarla al patio, cortar todo tipo de hojas, flores, recoger piedras, y jugar a la comidita, enseñarle de ese modo a ser grande.
Un día, le enseñes o No….lo será. Vale más que lo sepas.
Puedes llegar temprano del trabajo y jugar con tu hijo en el patio, en el parque, con la pelota y un madero a modo de bate de béisbol. Puedes darte cuenta de cuánto ha crecido y de lo diestro que es Ya (y de la falta que te hace a ti mismo ejercitarte). Pueden patear juntos esa pelota hasta que tus Prada se abran de la punta, justo como gastabas los zapatos cuando niño.
Pueden sentarse en la banqueta a tomar el refresco.

¿Ves? Aunque parezca que no, con $200 puedes comprar también felicidad.

Ya me voy a  dormir, hoy fue un día kilométrico, y ya ando alucinando creo je. A fin de cuentas a estas alturas ya viste, creo, que la cantidad es lo que menos importa.
Ten excelente noche.




martes, 12 de mayo de 2015

Que madres!

Rara vez escribo una columna a petición. Trato de ser libre en ese aspecto. Pero por alguna extraña razón hoy, amigo, decidí romper esa regla no escrita. Y es que el tema en sí,  es necesario, preponderante, y por supuesto, a tono con la fecha. Ha adivinado usted: Las Madres. 
Ya vi su cara de aburrimiento: un rollo más en el choteadísimo mundo de los rollos que tienen  que ver con el día dedicado a nuestras santas madrecitas. Ha atinado.
Tan solo ayer desde las cero horas el vecino se desgañitaba cantando las mañanitas acompañadas de un mariachi ramplón que se escuchaba menos que los ladridos de los perros.
Eso sí, con mucho sentimiento (Los perros. El mariachi ni se escuchaba, y el tipo ya estaba muy ebrio)
Muchos cuetes, una enorme demanda de flores y cervezas redondean el 10 de mayo. Los papás nos volvemos invisibles y los hijos, junto a su madre, pasan a ocupar los reflectores del día. Sirva de pretexto para tremendas comilonas y memorables borracheras que luego terminan en pleitos a muerte entre hermanos, amargando el día a aquella homenajeada a quien se le pretendía endulzar. En fin, esto, mi desvelado lector, es narrativa. Pura narrativa. Y este es un espacio de reflexión (Solo la mía, por cierto, así que Ud. se aguanta J ).
Y la reflexión va en el sentido de las madres que son al mismo tiempo padres. (¿Por qué no al revés? Bueno la respuesta es simple: porque acaba de ser día de las madres no “el día del padre”. Padres, aguanten, un día llegará Su día). }
Existen tan sólo en este atribulado país más de 8 millones de madres solteras, divorciadas, separadas, dejadas o dejadoras, viudas o singles por vocación, 8 millones son mucha gente, muchas familias, pues. Así que… Verá Usted, de manera independiente a la figura paterna, necesaria quizá (o no) existen un sinfín de cosas que un hombre solo o una mujer sola hace con el doble de trabajo que su contraparte. ¿Lo discute Usted? De acuerdo. Intente cocinar una cazuela de arroz. ¿Fácil? Hágale a su hija una trenza de espiga. ¿Cómo si nada? Perfecto. Arregle el grifo del baño. El contacto de la cochera y cambie la llanta del auto. ¿Complicado? No era mi intención torturarle. No podemos hacer todo ni podemos suplir a una dupla. Podemos resignarnos a hacer ciertas cosas o dejar de hacer otras. Pero con un hij@ en casa, a quien darle un ejemplo, pues… es un tanto difícil.
Los varones, al menos en este país, son minoría en condición de paternidad y soltería (o cosa que se le parezca): 1 millón de hombres con hijos vs. 8 millones de mujeres. Por tanto, la atención y el apoyo gubernamental (ese que casi no existe) se centra en las damas. Eso no alcanza a paliar las dificultades que conlleva este fenómeno. Le explico:
Hay que mantener un hogar. Y esto se interpreta de dos maneras: la primera desde el punto de vista de sostén económico en un país en el que la equidad de género en el aspecto laboral es un campo con mucho por mejorar, es decir, hay más oportunidad de empleo para hombres, y a empleos similares, la remuneración es un tanto mayor para un hombre que para una mujer. Esto, desvelado amigo, es dificultad. La segunda forma de interpretación de esta primera premisa tiene que ver con el mantenimiento físico del inmueble que habita la familia. Aun cuando existen mujeres luchonas que hacen todo tipo de trabajos y reparaciones, a la enorme mayoría le cuesta esta actividad porque tiene que ver, de forma ancestral, con los rudimentos inherentes a fuerza bruta y herramienta, cosa de hombre, pues.
Hay que educar. Y aunque lo primero que se viene a la mente es la escuela, le diré a usted, que es precisamente ese sitio en el que un poco de equidad existe, pues no distingue entre hijos de madres o padres solteros, e hijos cuyos padres viven aún en pareja. Es a lo otro a lo que me refiero. A la verdadera educación, la de casa. Es difícil también, verá usted. No existe la dupla de relevos australianos que en una pareja se da, en lo referente a la educación de los hijos. ¿Sabe usted lo que es tener un par de ojos mirándole las 24 horas del día? ¿Sabe usted que, aunque fuere involuntariamente, en un pareja con hijos, ellos mismos se relevan de la responsabilidad de la crianza? Estando sola, simple y sencillamente esto no se puede hacer. No se puede. Todo el tiempo eres soporte, ejemplo, fuerza y líder. Lo quieras o no.
Hay que mirar al futuro. Uno no pudiera creerlo, pero independientemente del presente, uno mira el futuro de los hijos en condiciones ideales. Le deja la mitad de las cosas a Dios (Dios mediante) y la otra mitad intenta hacerlas. Este es también el caso. Una madre sola con su hij@ jamás imaginará a su hij@ estando sol@, no, que va. El (ella)  formará una pareja y tendrá una gran familia. Aunque el ejemplo sea diferente. Es difícil también esto, amigo lector. Los hijos aprenden con el ejemplo.
Pero es de esta última virtud, a mi humilde parecer, de lo que están hechas esas 8 millones de guerreras. Del ejemplo de que no se necesita, de manera forzosa, sufrir a alguien, para que ellos estén bien. Del ejemplo de que pueden, si quieren, hacer no solo todo lo posible, sino más bien lo necesario, para que un hogar se mantenga en pie. Del ejemplo de que los pantalones se llevan (como no) con los tacones. Ejemplo, pues.  

Ya me explayé, queda cortada por el momento aquí esta reflexión, en espera de una parte segunda, que el tema da para mucho. Tenga buena noche, no se desvele tanto o, como yo, terminará escribiendo tonterías.

lunes, 2 de febrero de 2015

Las mentiras de las mentiras.

“Exageramos el culto a la verdad. No hay hombre que, al final del día, no haya dicho al menos y de forma necesaria, una mentira”.

 ¿Miente Ud.? Ja, ya sé me la respuesta. La misma respuesta la esperaría del 99% de aquellas personas a las que se les preguntara.

No es preocupante…No. Pero Usted, amigo, bien sabe que al afirmarlo estará diciendo una más de las pequeñas mentirillas o grandes falsedades de todos sus días. La mentira, Señora, Señor, se encuentra enclavada justo en medio del enlace de los dos átomos que forman la molécula de Oxígeno que respira (mos) todos los días. Ya sé, ya sé, ahorita los castos defensores del buen vivir se están rasgando las vestiduras por la blasfemia, pero eso no le quita lo cierto a esta verdad acerca de la mentira: Todos Mentimos y todos los días.

Mientes a veces, desde que dices “Buenos días”. Mientes flagrantemente cuando contestas “Bien” a la pregunta de “¿Cómo estás?”. Mientes cuando preguntan si estudiaste. Mientes cuando preguntan si estás listo.  Y mientes cuando finges que algo te interesa o te deja de interesar.

Son, como dice el refrán, los Niños y los Borrachos, las honrosas excepciones, los que le ponen matiz al mundo “de verdad” en el que vivimos.

¿Se ha avergonzado Ud? (Internamente, claro… Ya sé que a mí me está mintiendo, diciéndome que no miente, con su cara de palo mientras muestra indiferencia) No se preocupe. De eso se trata este espacio, de que cada quien suponga que el otro pase al frente (“cada quien” soy yo y “el otro” es Usted) y diga: soy fulanito de tal (por supuesto será un apelativo falso) y confieso que soy un mentiroso. Los otros mentirosos, sentados en nuestros banquillos, escucharemos atentamente la verdad acerca de cada una de sus mentiras y nos veremos reflejados en ellas mientras la redonda válvula de la olla de presión en la que se vuelve diariamente el corazón empieza a bailar y a soltar vapor, emitiendo un chillido sordo que solo se oye si uno acerca el oído al pecho.

La mentira, verá Usted, es un pillo incomprendido, es un individuo muy mal encarado con un corazón noble pero nervios de cristal. La mentira es la piedra del camino. Cuando Usted se tropieza ¿culpa a la piedra? Que tonto es. Es como culpar a la lluvia por mojar.

No digo que la mentira sea necesaria. Ni inevitable. Ni siquiera deseable. Pero le insisto, la moderna sociedad le ha convertido en un villano más por los estragos y la intención de algunos mentirosos que por la naturaleza de la mentira en sí, con su origen humilde y su vestido de color gris. Se le ha juzgado más por lo que han hecho en su nombre, que por su naturaleza, reconozcámoslo, impía.

Intente no mentir (me carcajeo en mi oscura habitación). Buen intento. ¿Todo se vuelve un desastre? Es natural. La vida es compleja actualmente. Hace Ud. demasiadas cosas a la vez, algunas incompatibles con otras. Convive con y conoce a demasiadas personas a la vez, algunas incompatibles entre sí. Y lo más complicado: piensa demasiado, tiene demasiadas ideas: algunas incompatibles entre sí. Eso, mire Usted: genera conflictos. ¿La mentira resuelve conflictos? Por supuesto que no. ¿Crea más?  Tampoco sea tan impulsivo, analice su respuesta.

La mentira le ha pospuesto a Usted conflictos, del mismo modo en que ha pagado usted, a crédito, su casa, su coche, su computadora. ¿Es malo pagar a crédito su casa, su coche, su lap top? Curiosa sociedad la nuestra: No es malo. Es malo no pagar (algún día), pero por el momento, lléveselo así, sin pagar. Y con descuento. Mientras tanto le creo.

La mentira le ha movido prioridades (en términos coloquiales le llaman abreviar tiempos, aunque en términos estrictos no es así), le ha colocado enfrente lo “urgente” aun a veces, por delante de “lo importante”. Eso no es culpa de la mentira. Es su responsabilidad, por complicarse con demasiadas cosas, por pretender abarcar mucho, aun apretando poco.

La mentira, óigame, le ha ayudado a dosificar su esfuerzo, mintiendo aquí o allá, según requiera actuar conforme a la verdad. Porque eso sí lo notará Usted, si es que no es igual de bruto que su servidor: la mentira rara vez le requiere a usted un esfuerzo adicional al que le requeriría la verdad.

En fin, ¿defiendo el uso indiscriminado de la mentira? Claro que no. ¿Defiendo el uso discrecional de este feo artilugio? Estaría loco para pretender convencer públicamente a alguien de esto. ¿Soy un abogado de lo no-cierto? (he descubierto que me gustan estos términos que indican lo que no-es, por muy gramaticalmente incorrectos que sean): por supuesto que No, no puedo defenderme ni siquiera de mis verdades, imaginará usted que mis mentiras (como la mayoría de las suyas) son indefendibles.

No, señor. Pero si respira Usted de cuando en cuando el pútrido aire del drenaje de su ciudad. Si se mira al espejo todos los días y no le gusta lo que casi siempre ve. Si está demasiado picante, demasiado frío, demasiado caliente, o demasiado simple, y aun así se lo come, entonces… aprenda a vivir con una de las expresiones más antiguas de las que se tiene conocimiento (pregunte a Adán y Eva): la mentira. No se bañe en el drenaje, no se lo aviente a otros, no se dañe, no se queme, no se congele, no se lo haga a su honorable prójimo.

Si piensa usted que no debería mentir admiro su noble objetivo. Si cree que puede eliminar la mentira, siga soñando. Si le escandaliza, váyase a Marte en la próxima nave que salga para allá, allá los marcianos no mienten. Si le he caído mal por mentiroso, le diré que no lo soy (con lo que se lo termino afirmando), pero si al final de cuentas descubre usted que con este mal estructurado texto no le he hecho ningún daño, no le he vuelto ni más ni menos vil de lo que ya era y que en fin, con este, mi rato de ocio, solo he ocupado un rato de su ocio a usted, entonces, amigo, estamos a mano.

Tenga muy buena noche, siga soñando con los angelitos.

viernes, 23 de enero de 2015

El poder de una mentada


Verá Usted: Mentar la madre es uno de los exorcismos más utilizados por nuestra folclórica cultura mexicana. Enfrentamiento abierto, Incestuosa alusión personal, llave de la caja de pandora que encierra el alter ego de cada uno de nosotros, una mentada de madre es fuego en las entrañas del que la recibe, y suspiro liberador en el que la da. Es la honrosa salida lateral ante cualquier situación en la que el honor corra riesgo, cacheteando al tiempo el enrojecido rostro del oponente. Es de los preferidos dentro de la baraja del deporte nacional.
Dejadez y despreocupación (ingue su madre), Tristeza por los objetivos no conseguidos (ingó a su madre) o Clara afrenta personal (ingas a tu madre), la mentada ha sobrevivido siglos de ocupación española, mestizaje, independencias y revoluciones. Su silenciosa consistencia de piedra le ha valido para sobrevivir el cambio del castellano al español, y del español a la jerigonza esa que hablan los jóvenes de nuestros días. Es vigente y hasta podría decirse que joven aun.
Pero… ¿qué efecto produce una mentada en quien la emite? ¿Qué clase de mantra liberador es éste, que podría decirse incluso que posee propiedades anestésicas para quien invoca el tradicional conjuro?
Una mentada de madre tiene, como principio básico, y contra lo que la mayoría podría pensar, un efecto de alivio de tensión al interior del individuo mentador, transmitiendo de manera directa, proporcional y en algunos casos exponencial, dicha tensión al interlocutor mentado. Esta es una de las tantas maravillas de este insulto ancestral, porque esta transmisión puede hacerse a través de cualquier medio, e incluso, a través del vacío (existen mentadas de madre registradas en algunos vuelos orbitales), el caso resultante es que pasa la tensión, la ira, el enojo y el estrés, de un individuo a otro, de manera contundente y extremadamente veloz, a través de una mentada.
Una mentada de madre es un salto, no textual, sino físico, que coloca de forma inmediata al emisor, dos escalones por encima del receptor, lo coloca en una posición de salida honrosa de la discusión, y crea el ambiente aquel sin marcha atrás en el que, como receptor, habrá usted de arremangar el orgullo y aceptar la mentada de madre y el fin de la discusión… o la afrenta habrá de vengarse con sangre, física o textual, que en algunos casos es lo mismo.
En fin, habré de congratularme en informarle que hay solución, si señor: Ante el intríngulis que supone un complicado problema por resolver, al interior del honor, del conocimiento, de la capacidad de asombro, de la solvencia moral de cualquier individuo, mentar la madre siempre será una opción.
Tenga una buena noche, por no decir, váyase Usted a… (disculpará Usted lo mocho, pero en estos blogs también nos censuran)