miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿Qué tipo de ciudadano es Usted? (Parte III)

Usted SÍ puede hacer algo: deje a un lado el viejo pretexto de “Si no puedo cambiarme a mí mismo, ¿cómo podría cambiar al mundo?”. Le estoy notificando por este medio que Usted (si, Usted, el que cree que no le están hablando) NO nos interesa ni lo de un soberano cacahuate, pero el Mundo sí que nos interesa. Así que si no quiere cambiarse, no se cambie, de verdad que no nos importa y lo que es por mí, puede Ud. hacer de su vida un cucurucho, pero caramba, haga algo más que respirar comer y dormir, o déjele el lugar a otro.
Por principio de cuentas le abriré la puerta de las posibilidades: Usted puede ser y hacer lo que le venga en gana. No se sienta limitado, mucho menos por alguien tan insignificante como yo, je je. Pero usted participa activamente en un entorno, hasta en los momentos en los que menos participativo se sienta, está usted participando, así que si va a participar, conozca las reglas del juego. Por lo tanto sigamos con la retahíla de propuestas, a ver qué le parecen estas.


4.- Salude. No sea mentecato, por Dios, ya todos sabemos que le da pavor mirar a los ojos a desconocidos y dirigirles la palabra. Pero ni eso nos importa. Su miedo particular nos tiene sin cuidado. Cuando entre en cualquier sitio, círculo, reunión, cita, salude y hágalo generando empatía, mire a los ojos a quienes quiera sean sus interlocutores. Créame que conseguirá las cosas más fácilmente. Si no le contestan el saludo piense que acaba de saludar a un sordo, o si no, a un mudo. O en resumidas cuentas, qué diantres importa si a Ud. no le saludan, salude y ya, déjese de farfullerías y compórtese. ¿Por qué saluda a su familia y al resto del mundo no? –eso tiene varias respuestas aunque Ud. no me acepte ni una: a).- le da miedo b).- le da pavor c).- le da terror.
Mi estimado, el resto del mundo no se lo va a comer, convénzase de que no es usted lo suficientemente sabroso. Para la próxima vez que vaya a la estación de combustible salude al despachador, y si aquel no le contesta vuelva a saludarlo, en el súper salude al cerillo, a la cajera, y a las del jamón. En su trabajo salude y cuando pase a ventanilla no se olvide de saludar.

5.- No se olvide de la siguiente diferencia: hay cosas por las que pagamos y hay favores que nos hacen. En el primer caso, exija. No de forma grosera, ni con el limitado lenguaje que usa todos los días (si cab…. Sale cab… órale cab.. ) No. Exija aquello por lo que ha pagado. Su dinero vale y ha pagado por un determinado trabajo que merece estar hecho completo y bien hecho, no acepte menos. Si no le han dado lo suficiente solicite el resto, si no lo hicieron bien pida que lo hagan de nuevo, si no quedó del color que Usted ha solicitado que lo repinten. Créame que le está usted haciendo un favor al servidor que le atiende, a aquella persona que le esta proveyendo de un servicio, o a aquel vendedor que le ha vendido un producto. Está mejorando la CALIDAD del servicio del otro. ¡Y gratis! En el segundo caso sea Usted agradecido. Un favor es un favor. No se le hace a cualquiera, a quien lo hace siempre le cuesta algo y a quien se lo hacen siempre le eximen de algo al hacérselo, así que agradézcalo y devuélvalo a su vez, si no puede a la misma persona, a cualquier otra. Eso crea círculos virtuosos.

6.- Ordene. Sea Usted ordenado. ¿Recuerda donde dejó la mermelada anoche después de untarla a su pan? ¿Rediez, ya se está acordando que la dejó justo a merced de las hormigas, y sin tapar? Bueno, ¿y a quien piensa culpar de ello? Asuma su propia responsabilidad amiguito, no sea pusilánime y empiece por ser ordenado. Ordenado de mente y de acciones. Ordenado de entorno. Dele orden a sus prioridades. Quizá no ahorre Usted demasiado pero le diré la gran ganancia de ser ordenado: cumplirá Usted objetivos. ¿Sabe cuál es el principio de las famosas “tandas”? Lograr ordenar los recursos propios ordenando los recursos de los demás. Es obligarse a un ahorro voluntario que no da ningún otro beneficio adicional que el de ordenar gastos. Bueno, usted no necesita entrar en tandas ni nada por el estilo, ordénese a sí mismo y verá que puede programarse y cumplir objetivos. Dígale a su hija la menor que los peluches van en la caja azul y las barbies en la caja rosa. Dígale por favor a su hijo el mayor que sería excelente que ordenara sus libretas por lo menos por colores para que las pudiera identificar sin revisar su contenido para saber de qué materia son. Enséñele a su esposa que forzosamente el auto de usted va estacionado atrás porque usted sale primero. Dígale a su señor padre que teste, sin que en ello medie mayor ambición que la de lograr que en lugar de propiedades le herede problemas. Usted mismo ordene sus calzoncillos. Ordene hoy, y mantenga ordenado mañana, será mucho más fácil.

7.- Apunte. Esta es una excelente costumbre. Apunte todo. Apunte de todo. Pero siempre apunte, no deje de hacerlo. Esto le ayudará de infinidad de maneras. Le ayudará a ser más ordenado, a cumplir objetivos, a recordar deudas, a resolver misterios, a recordar cosas bellas, a dejar recuerdos para la posteridad. Apunte por favor. Es más, apunte que debe Ud. Apuntar. No se le olvide, apúntelo.

Otra vez las 4, caray, en estos días hasta el tiempo está devaluado, ya me dio sueño, el día esta cafetero, y yo….pues, voy por mi café.

No hay comentarios:

Publicar un comentario