domingo, 15 de noviembre de 2009

Las tortugas ninja

Mire Usted, que ayer las tortugas se han fugado. De acuerdo a las investigaciones desarrolladas en el transcurso del día de hoy, y contando con valiosa evidencia aportada por el teléfono celular de Hugo, esto es resultado de un plan que han urdido durante las últimas semanas. ¿Recuerdan una película llamada Buscando a Nemo? bueno, así como luchan por sacar al pez de la pecera éstas sagaces tortugas han urdido un plan para escapar. Recapitulando: se han pasado semanas ensuciando su tortuguero de manera apresurada, al fin me han cansado y les construí un nuevo tortuguero….en el patio. Justo lo que necesitaban. Un paso hacia la libertad.

Claro, ellas no conocen al émulo de Satán que deambula por las noches en el patio. Y ni falta que les hizo conocerlo. Quisieron parecer más astutas que los pinguiniños de Madagascar y se han fugado. Escalaron a rapel por la pared del tortuguero y lograron burlar la reja de salida. Si, las 3. De ahí el salto a la libertad es de tan solo 45 cm. Pan comido, cualquier concha resiste ese porrazo. ¿Qué sucedió después? Ahí se centra la investigación. No hay rastro de ellas, no hay muchos lugares donde esconderse y un hambre eterna con 4 patas ronda el patio todas las noches y todos los días. Lo que pudo haber sido la ruta de la libertad quizá se convirtió en el camino al deceso.

Pero caray, estoy siendo pesimista de nuevo, la realidad bien pudo haber sido que estas Cabezotas burlaron la reja, saltaron al vacío, valientemente cruzaron treinta metros de patio hasta el portón de acceso y en este momento están apostando en el casino y fumando un cigarro para tortugas, mientras se gastan los ahorros de los últimos 8 meses.
Sí, eso es, y yo soy un paranoico dolido con un tortuguero vacío, que no acepta que su almuerzo de primavera haya desaparecido como por arte de magia. Eso debe ser. Si,….se fueron, pues que podemos hacer, que les vaya muy bien, en ningún sitio les darán hojuelas para tortuga como se les daba aquí. Eso sí, a ver quien les cepilla la concha con aceite de oliva para mejorar su brillo y les da masaje y les recorta la punta de las garras. (No me malinterprete, yo jamás hice ninguna de esas gollerías, solo lo escribí para ver si Ud. no se ha dormido, je je).

Ya, analizando las cosas con calma y siendo lo más objetivo posible, desde la tarde de hoy he observado detenidamente al perro en busca de algún síntoma de malestar estomacal como aquel que produce el haber ingerido la concha o caparazón de algún reptil. Y le mantengo, hasta que las pistan no me lleven hacia otro camino, en calidad de indiciado por el posible asesinato y posterior ingesta de un grupo de tres tortugas fugitivas. Mañana habrá que realizar labores periciales y de patología forense en las heces de Buk (aunque arrugue Usted la nariz, como si fuera Usted mismo y no yo quien va a rebuscar entre ellas, caramba, que delicado me ha salido), en la búsqueda de indicios que permitan afirmar la suerte que han corrido las escapistas. No pienso fincarle responsabilidad al can en caso de resultar cierta la hipótesis de que lo hizo por hambre y claro, también porque estaban al alcance de su mano (garra, digo), emulando a Francisco de Asís en los Motivos del Lobo, aunque por éste ni siquiera tiene caso rezar, ya que no se compondría ni volviendo a nacer. De hecho no pienso hacerle responsable por la sencilla razón de que lo hecho, hecho está. Y si se ha comido las tortugas, pues que le aprovechen, demontres, imagínese a Usted mismo comiendo croquetas y croquetas todo el día y todos los días, ¿a poco no se le antojaría la primera tortuga, armadillo, ornitorrinco, o cualquier otra criatura que tuviera a su vista y a su alcance? Pero ni usted ni yo somos Buk ni tortugas, eso me queda bastante claro. No le aburro más, si alguna pista encuentro o si logro des enmadejar el misterio del trío de reos fugados, se lo haré saber por el mismo medio. Pase Ud. Buena noche.

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