miércoles, 20 de junio de 2012

Draky

No hace mucho que se me ocurrió revisar a Draky. Con su mal carácter, su enorme cabeza y largo pescuezo, su cara de pocos amigos y carácter peor que la cara, infunde un cierto respeto entre el parque de tortugas del Refugio, de modo tal que las demás no le molestan y Draky no molesta a los demás. Jamás se reunió con el resto de sus compañeras para comer, retozar o asolearse, ni siquiera yo le caía bien. Le bastaba con enterrarse de cuerpo entero a pasar el día caluroso resguardado por 5 centímetros de tierra negra encima.

El caso es que el buen Draky se nos está yendo. Lenta pero inexorablemente su cuerpo se marchita, cojea de dos patas, casualmente del mismo lado, de modo tal que su caminar es un bamboleo de borracho  que le hace parecer torpe en lugar de veterano. Ya no abre un ojo y está prácticamente en los huesos, supongo que tiene muchos días sin comer y aunque intento darle de comer se niega. El agua nos es mas ya su elemento y a mi parecer, solo espera la llegada de la hora

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