viernes, 15 de enero de 2010

¿Que tipo de ciudadano es Usted? (Parte V)

¿Le inconforma a Usted algo en específico? ¿Hace Usted su parte?


“…Yo conocí a Raúl y Carlos desde chicos, Raúl siempre fue vecino de la casa de mis padres y desde muy pequeño se vio bastante diferente y un tanto delicado, así que pintaba para gay a kilómetros de distancia. Hijo de un hogar perfectamente normal, su padre es maestro de secundaria actualmente jubilado y su mamá enfermera de carrera, tenía hasta donde yo me acuerdo, dos hermanos varones, que ahora no sé donde estarán, hace tiempo ya que se fueron del pueblo a dar las respectivas vueltas que la vida nos hace dar a todos. Para cuando Raúl estaba en la primaria, los vecinos ya le observábamos ciertas actitudes por las que los demás niños se burlaban, los niños mayores siempre nos abstuvimos de comentar en lo público, y casi de igual forma en lo privado, pues nuestros padres constantemente nos acallaban. Parecía que trillar el tema era del dominio absoluto de ellos y a los menores solo nos era permitido bromear sobre lo “normal” aunque con el paso de los años los límites dentro de los que se mueve lo “normal” son cada vez mas borrosos. En fin que nadie hablaba del asunto aunque nadie dejaba de observarlo.

Carlos en cambio, siempre destacó en los deportes, vivía al otro extremo del pueblo y a su papá jamás lo conocimos, aunque supimos después que vivió con su familia al menos durante la infancia de Carlos. Siempre se distinguió en los deportes, practicaba de todo al aire libre y era muy bueno en el fut, jugamos juntos en la selección de la escuela secundaria y al parecer para esas fechas su padre ya se había ido, porque solo veíamos a su madre en las festividades escolares y en las competencias deportivas, donde Carlos jamás faltó. Nunca tuvo novia pero le bromeamos con varias chicas que lo admiraban, sin ser alguien bien parecido, su talento en los deportes atraía a chicas a su alrededor, amén de haber sido siempre muy amiguero.

Casi por terminar la escuela preparatoria, coincidieron en el salón en donde tomábamos clase quienes cursábamos la misma área de conocimiento, y allí probablemente entablaron amistad. Nada fuera de lo normal, el saludo como todos y ya. Raúl rodeado de chicas, mientras la hacía de su confidente y amigo, y Carlos cada vez más en los libros y menos en los deportes, sin pareja y con amigos. Fue al inicio de los estudios universitarios cuando empezamos a notar que aquello quizá era algo más que una amistad. Matriculados en la misma universidad, iban y venían juntos de los viajes en las temporadas de vacaciones, y se las ingeniaron según supimos después para rentar un departamento en donde vivieron sus tiempos universitarios. Quizá en la escuela para todos sus compañeros fue algo natural y cierto, la verdad es que aquí en este pueblo tan pequeño causó un poco de sorpresa sobre todo entre los mayores, el que estos dos muchachos se dejaran ver como pareja en algunos eventos a los que solo asistían contadas personas. Si no quieres que nadie se entere no lo hagas, dice el proverbio. Los chicos lo hacían y el mundo terminó por enterarse.

El mes pasado regresaron del DF, fueron según esto a casarse. Por lo civil, según se. Aquí todos los miraron raro. Para este pueblo bicicletero el matrimonio entre gays es una vacilada. Nadie lo toma en serio. Ayer platique con Raúl, de los dos que trabajan él es el único que cuenta con Seguro, y quiso asegurar a su pareja y en la oficina no le aceptaron el acta de matrimonio, cuesque porque es del DF y no de acá, aun cuando en ningún lado dice donde debe uno casarse para estar asegurado. El caso es que no le dieron el servicio a su “esposo” (¿ves como hasta en esto lo planteamos como algo supuesto?) de tal suerte que del famoso paraíso gay nada, ni de a tomados de la mano, ni al cine sin que nadie los moleste, ni seguro, ni nada de las cosas normales de un matrimonio. Legalizar la unión al fin y al cabo no fue normalizarla…”

Hasta aquí el relato. Tomo este ejemplo “más o menos” ficticio porque actualmente la legislación y la administración de la justicia aquí están lejos de proteger a las minorías. Se hace lo que la mayoría dice, así es la democracia, pero luego esta mayoría piensa que no son los únicos, que existen grupos no tan numerosos pero suficientemente amplios como para dejarnos saber que existen. Entonces nos damos cuenta de que no basta un anuncio en los medios diciendo que se ha corregido un error histórico dando cabida dentro de una figura legal a una minoría, porque eso no le alivia el problema de la calle, eso no le acelera el bienestar y mucho menos le protege y salvaguarda. Hace falta muchísimo trabajo legislativo y judicial para que de verdad quien sea pueda ir y venir por allí, sin molestar a terceros y sin que nadie le moleste, y que esto último este plasmado en una figura jurídica. Existe aquí la discriminación a todos los niveles y por todos los motivos, si eres albino, oscuro, chaparro, gordo, flaco, si tienes acné, si eres de una tercera, cuarta, o quinta orientación o preferencia sexual, si no eres tan listo, si no eres talla 5 ó 3, si no mides 1.75 o más. En fin, no terminaría de enlistar todos aquellos motivos por los que las personas nos excluimos unas a otras. Hay quien levanta la voz para decir que la ley existe y que el problema es la aplicación. Sin ser un experto en la materia me parece que la Ley como tal solo nos provee de las bases que necesitaríamos para entonces sí, desarrollar la ingeniería de detalle de cada apartado legal, pero que es en esta última etapa en donde hace falta muchísimo trabajo.

Aprendemos a prueba y error, que diablos, eso es lo real. Si se accidentaron los Saba y se murió Mouriño, ahora hay bases de aeronáutica civil más estrictas, si fallecieron niños en la guardería ABC ahora los contratos para subrogar una guardería se vigilan con lupa, y así por el estilo en mil y un aspectos acerca de mil y un cosas. En el patio del país tenemos el pozo en donde a cada rato se ahogan los niños y cada vez que sucede lo mandamos a tapar. Es posiblemente necesario, en materia de leyes, tapar mas agujeros que los que se hacen a diario, es necesario que nos pongamos a jugar sin balón, como se dice en el argot futbolero, no podemos esperar a que el destino nos alcance para ponernos a hacer las cosas. Quién sabe si trabajando seamos muchos o pocos, quien sabe si alcanzaríamos, pero una cosa bien puede ser cierta: eso no lo sabremos hasta que cada quien se decida a hacer la parte que le corresponde acerca de aquello que aún no le ha sucedido.

Tenga Ud. buen dia, hoy sí hace calor.

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