De plano con las pasadas elecciones ya no hay ganadores ni perdedores, hay presuntos alcaldes gobernadores y diputados electos y por otro lado los impugnadores, bloqueadores, rateros de urnas y demás. Nadie se pone de acuerdo acerca de cómo debieron haberse hecho las cosas y cuanti menos acerca de quién ganó. Mejor que venga el pulpo Paul y decida que hacemos, que su palabra sea ley, es lo que yo digo. Pero ahora me salen con que el molusco se ha jubilado, que ya no quiere adivinar nada que se siente cansado y avejentado, y eso que nada más se ha aventado una Eurocopa y un Mundial, ahora imagínese usted los que venimos pronosticando desde España 82.
Y los que lo solapan, dueños del acuario, dicen que ya esta viejito, que le quedan seis meses de vida, como si eso no decían de don Fidel Velázquez desde 1960, y miren que tardo el ancianito en palmar otros 37 años más. El cuento de la vejez y la jubilación ya lo gastaron Tiger Woods, Michael Jordan y Cuauhtemoc Blanco, como artimaña publicitaria para mejores contratos. Así que yo voto porque el resultado final de todas las impugnaciones las decida ese animalito que tan buen papel hizo en el mundial de futbol de Sudáfrica. Quién sabe si decida o adivine lo mejor o lo más real, pero así por lo menos quedaríamos conformes todos, porque al IFE ya no hay quien le crea.
El problema es que, como en todo, aquí también hay que hacer fila, porque al triste pulpo ya le encasquetaron las elecciones de otros 45 países, el futuro de Maradona, de Pep Guardiola, la permanencia de Rafa Márquez con el Barca, la colocación de más deuda bursátil de Banxico, entre otras muchas chaladas para las que se supone experto. Yo digo que priorice de acuerdo a importancia social del evento, de acuerdo a número de beneficiarios, o algún otro tipo de clasificación con sentido social o político, lo cultural y deportivo por esta vez podría esperar, que aun así, tenemos mucho más por delante.
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