domingo, 9 de septiembre de 2012

El Club de los Corazones Rotos


Bienvenido al Club de los Corazones Rotos, o BHC, por sus siglas en inglés, aunque en Inglaterra, hasta donde tengo sabido, ni lo conocen. Pase usted, siéntese, se encuentra en casa. ¿Té o café? Tenemos refresco si gusta también. Hay tequila, Ron, Brandy, Vodka o Whisky. Aquí no se juzga a nadie por beber, llorar o maldecir. Lo único que no tenemos son drogas, están demasiado caras y se acaban muy rápido, y nosotros vivimos de subvenciones y las subvenciones no dan para eso. Los cigarros son solamente para quienes de por si ya traen mal aliento, lo que muy probablemente explica el que sus parejas se hayan ido.

 
¿No quiere nada? Está bien, nada le daremos. ¿Gusta sentarse? ¿Verdad que sí quiere una silla?, Ya ve, algo quería. Así somos todos, amigo, queremos algo, pero nos da pena, somos demasiado orgullosos, falsos, fatuos o simplemente tontos como para pedirlo. No se ofenda, lo de tonto lo dije en forma menos ofensiva que se pueda interpretar, es que… ¿Sabe usted? Todos somos un poco tontos todos los días. El secreto, como en todo, está en no excederse. Y habemos quienes nos excedemos casi casi como por deporte en eso de ser tontos.


¿Está usted triste? No se preocupe, la tristeza actualmente es de los sentimientos más comunes del ser humano. La desesperanza cunde entre las poblaciones como si la regalaran. Pero le diré un pequeño secreto: la desesperanza viene también de la inacción. Se lo resumiré de un modo más entendible y atendiendo a solo una de sus vertientes, lo aclaro para que no piense Usted que yo soy limitado: la inacción puede conducir a la desesperanza y esta a su vez a la tristeza. Pero no me desviaré de la charla, si se siente usted lo suficientemente triste como para llorar puede hacerlo, en silencio o gritando, como guste; si no se siente lo suficientemente triste como para hacerlo permítame llevar mi silla para allá y sentarme junto a Usted el rato que decida estar triste. O las horas, o el día o días que decida estarlo, igual y mientras le platico algunas cosas para entretenernos, eso de la tristeza es un asunto serio porque llega cuando uno no la necesita y no se va hasta que ella quiere. Hay que convivir con ella, pues. El problema es que nadie quiere convivir con ella. ¿Se imagina Usted lo que sería el mundo si nadie quisiera convivir con Usted? Se haría usted huraño, quizá empezaría Usted a odiar a los demás  y los demás terminarían odiándole también. Así pasa con la tristeza y con tantos otros sentimientos indeseables. Terminamos odiándolos y ellos terminan odiándonos a nosotros. De modo tal que no queremos vivir con ellos y ellos se empeñan en hacernos también la vida imposible: no hemos aprendido a coexistir en el mismo espacio. Pero aquí entendemos y respetamos eso, así que usted, la tristeza y yo, tomaremos tres sillas y nos sentaremos a hacer lo que Usted quiera, incluso a mirarnos entre  nosotros solamente.

 
¿Siente rabia? Eso es normal. Cuando el camión recolector de la basura deja de pasar un día frente a nuestro Club también nos da rabia a nosotros, porque tendríamos que soportar el hedor de la basura acumulada frente a nuestra puerta. Pero cuando eso pasa decidimos tomar acción. Volvemos a guardar la basura para que no se encuentre a merced de los perros callejeros ni de las inclemencias del tiempo, hasta el día siguiente, que entonces sí pasa, y entonces el rabioso es Él, de nuestros reclamos. Es normal sentir rabia contra alguien que decide dejar la basura frente a nuestra morada, pero quedarse con esa rabia es Mortal, quedarse con esa Basura también. Hay que sacarla de alguna forma: la Rabia o la Basura. Bueno, pero eso es en cuanto a nosotros y las nimiedades del camión recolector. ¿Usted que piensa hacer con su rabia? ¿Quiere golpear a alguien? Que casualidad, tenemos en la habitación contigua un improvisado ring y unos guantes y… ¿Qué cree? Hay como 3 o 4 rabiosos allí también, así que las cosas estarán parejas. ¿Quiere usted romper cosas? Eso sí no está permitido hacer, al menos no con nuestras cosas. Recuerde: vivimos de subvenciones. Si quiere romper algo traiga sus propias cosas aquí le daremos espacio tiempo y tranquilidad para romper lo que quiera y sea enteramente suyo. Aunque..debo advertirle: generalmente lo que se rompe hoy se necesita mañana. Eso aplica para todo, ¿me entiende? Para Todo. Hasta para las personas.

 ¿Le han engañado vilmente? ¿Siente autocompasión? Eso también es normal. Hablo de lo primero, lo segundo es bastante fútil, porque no conduce a nada. En el universo casi todo es causa – consecuencia. La autocompasión es de las pocas cosas que No. Es decir, después de ella no hay nada. Como reacción a ella no hay nada. Y en contraparte de ella realmente no hay nada. La autocompasión es entonces un sentimiento inútil. Pero aún si usted decide por voluntad propia ser un inútil yo le acompañaré a ello, aunque no le prometo serlo también, eso hace mucho tiempo que no me sale tan bien. Ahora también, le notificaré que eso de la autocompasión puede ser generalmente un sentimiento bastante pasajero. Es decir, muy pocas personas te acompañan en ello, resulta estrafalario para los demás que uno la viva y por vergüenza o temor al rechazo la abandonamos enseguida. Por eso tengo valor para acompañarle en ella si así lo decidiera Usted, porque sé que no durará. Para cuando se le quite (en dos o tres horas) tengo mil ideas nuevas que transmitirle, mientras tanto, si gusta, hagamos un repaso de lo bueno que Usted ha sido y de lo mal que le han tratado…. Sin ironías, claro.

 
¿Siente que no le comprenden? Explíquese con claridad, eso solucionará ese pequeño problema. Sépase usted que el 90% de los problemas que no se solucionan tienen su origen en el planteamiento mismo. Si no sabe pedir, jamás le darán lo que Usted quiere. Le darán lo que quieran, o lo que les sobre, o lo que sea, menos lo que Usted quiere o necesita. Y eso frustra, por supuesto que frustra. La frustración viene por añadidura, viene aunque Usted no lo quiera. Pero piense bien: ¿Con quien se frustrará? ¿Con quién no supo pedir o con quien no supo que le pedían? Ahora bien, las cosas tienen remedio o no lo tienen, simple y llano. Así que por favor, si se ha decidido a hablar y pedir, pida cosas congruentes. En este Club podemos acompañarle, ayudarle a romper platos, o boxear con usted hasta sangrar, pero no podemos regresarle el ser amado ni revivir a nadie. Así, cuando pida Usted, sea congruente, sea realista, objetivo, y de ser posible gráfico.

 
¿Se ha cansado Usted de mi? Diablos, apenas empezábamos. ¿No tenía entonces el corazón roto? Bueno… tampoco podemos retenerle contra su voluntad. Si gusta Usted irse vaya con Dios.

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